La prevención debe comenzar muy precozmente. Antes de que erupcionen los dientes de leche. El recién nacido conviene que se alimente con la lactancia materna. Además de ser más saludable desde el punto de vista de la inmunidad, el niño desarrollará mejor su musculatura bucal que más adelante repercutirá en el habla.Si utiliza el biberón mucho tiempo, el chupete o se chupa el dedo, el paladar no se desarrollará, la arcada dental superior tampoco. Este hecho conduce a una respiración bucal, al disminuir también el espacio de las fosas nasales.Además de todo esto, la mandíbula quedará en una posición más retrasada, por falta de función.El biberón, chupete y alimentación blanda, son 3 factores que unidos, pueden llevar a una falta de desarrollo maxilar y mandibular.
Esta posición retrasada de la mandibula conviene corregirla en una edad temprana, sino los maxilares no ajustaran bien, la lengua no estará en libertad y habrá problemas de fonación. Asimismo en la edad adulta y en personas predispuestas, podrá ocurrir movilidad dental, alteraciones de las articulaciones mandibulares, cefaleas, y problemas estéticos.
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