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30 abril 2018

Implantes dentales en edad avanzada

En nuestra clínica dental somos especialistas en implantología dental

El edentulismo, nombre técnico (y casi podría ser considerado eufemismo) para la falta de dientes -total o parcial-, es un problema que afecta a más del 50% de la población con más de 65 años. En edades previas, lo normal es que el individuo en cuestión acuda a una Clínica Dental a reponer las piezas perdidas mediante implantes, ya que es la solución más cómoda y funcional, pero existe cierta creencia en las personas cercanas a la tercera edad de que es algo que está fuera de su catálogo de soluciones, fundamentalmente por considerarse a sí mismas “demasiado mayores” para el tratamiento.

La alternativa a los implantes dentales: la dentadura postiza

Así, la edad es un impedimento autoimpuesto que evita la solución del problema, optando por un “parche”; la dentadura postiza, considerada más acorde a la longevidad de estas personas. De hecho, ¿cómo se caricaturiza la tercera edad en los dibujos animados? Exacto, una mandíbula prominente con unos dientes de quita y pon que duermen en un vaso de agua noche tras noche.
Lógicamente, por su propia naturaleza, la dentadura postiza no ofrece -ni por asomo- el mismo nivel de sujeción y fiabilidad que los implantes, y esto no es desconocido para quien opta por ella, aunque sigue siendo una opción válida.

La dentadura postiza suele ser la alternativa a los implantes dentales escogida por las personas mayores

El siguiente paso: una mezcla entre implantología y prótesis

A la larga, incluso para aquellos ya más que acostumbrados a una dentadura postiza, al haberla usado durante años, la pérdida de estructura ósea -inevitable a esas edades- supone que la sujeción entre dentadura y encías se vea comprometida, generando así complicaciones en la masticación e incluso en el habla.
Una vez sucede esto, la solución vuelve a la que siempre debió ser primera opción, la implantología, aunque no de la forma que esperamos.
Se realiza un procedimiento que consiste en anclar la prótesis a la mandíbula mediante una serie de implantes, dotándola de una enorme estabilidad. Estos implantes dentales se colocan lo más bilateral y simétricamente posibles -en la mandíbula y/o en el maxilar superior- en función de los condicionantes del hueso.
Después, sobre estos se adapta una dentadura completa, que se conecta con un sonido de “click” que indica que está asentada y en su sitio.
Con este procedimiento, además de solventar esos problemas derivados de la pérdida de hueso anteriormente descritos, se consigue un muy superior grado de sujeción que el obtenido con una dentadura removible convencional, y aún más importante, la satisfacción de las personas que optan por este tratamiento es enorme, ya que pueden volver a comer cosas que antes evitaban, debido al problema que suponía su masticación (bocadillos, por ejemplo), y ya no les causa temor el hablar ni gesticular, olvidando ese miedo siempre presente a la posibilidad de desprendimiento que generaba esa inestabilidad anterior.
Además de esto, existe la posibilidad de llevar este tratamiento al siguiente nivel, cuando las características del paciente lo permitan (otra vez, dependerá de su capacidad ósea), que consiste en ampliar el número de implantes sobre los que asentar la dentadura, reforzando aún más su estabilidad e incluso ofreciendo la posibilidad de convertirla en una prótesis completamente fija, lo que incrementa también su comodidad.

Pero, ¿son aptos los implantes dentales para la tercera edad?

Por supuesto que sí. Como con cualquier otra persona, si no hay contraindicación médica, el implante es la mejor solución posible ante la falta de un diente.
Una particularidad a tener en cuenta es que conforme la edad avanza, el sistema óseo funciona de forma más lenta, por lo que el proceso de oseointegración del implante va a ser más lento en estos casos que en el de una persona joven. Esto no es ningún impedimento, solo una observación, que se une a la anteriormente mencionada de que no haya contraindicación médica, que no exista enfermedad periodontal y que el paciente tenga una buena cantidad de hueso sobre el que implantar. Dicho de otra manera, las indicaciones son las mismas para un veinteañero que para una señora que se jubiló hace un lustro.

Ahora que ya sabemos que es posible… ¿deben las personas mayores recurrir a la implantología?

La respuesta debe ser otro rotundo sí, e igual de contundente es la explicación, que a continuación detallaremos.
De media, las personas mayores de 65 años tienen 19 piezas dentales, cuando una mandíbula debe contar con 32. Estas ausencias acarrean graves problemas funcionales a los que las padecen, entre los que destacan:
• Complicación a la hora de pronunciar correctamente algunos fonemas y sonidos
• Problemas a la hora de masticar, impidiendo en determinados casos la correcta trituración de los alimentos
• La falta de muelas hace que se evite la masticación con esa zona, forzando la otra, provocando entonces un desgaste mayor
• Las encías también sufren, ya que, al masticar y no haber diente, al final el trabajo es soportado por estas, con el consiguiente desgaste
• Al perder un diente y no sustituirlo en un corto período de tiempo, se produce una pérdida de hueso en el maxilar, que debemos sumar al inherente por la edad del paciente
• El espacio vacío que queda entre los dientes consecuencia de haber perdido uno hace que los adyacentes tiendan a ocuparlo, desplazándose y provocando la aparición de espacios entre las piezas, lo que aumenta en gran medida el riesgo de aparición de las temidas caries
Así, estos problemas deben ser solucionados, y la mejor opción es la implantología dental.

En nuestra clínica dental somos especialistas en implantología dental

Finalizamos aquí, no sin antes recordaros que Pías Clínica Dental está especializada en la realización de implantes dentales, de los que tenéis toda la información necesaria en el anterior enlace. ¡Os estamos esperando!

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