El cáncer oral constituye un grave problema de salud pública en todo el mundo, ocasionando tumores en los labios, la cavidad bucal, la orofaringe, la nasofaringe y la hipofaringe, y pudiendo llegar a discapacitar o poner fin a la vida del paciente.
– Su incidencia en todo el mundo es del 2-3% del total de las neoplasias malignas, y posee una de las tasas de supervivencia más bajas: alrededor del 50% en cinco años.
– No hay manera infalible de mantenerse a salvo de esta enfermedad; sin embargo, sí que existen unos factores de riesgo que incrementan las posibilidades de aparición del mismo, siendo estos el consumo de tabaco y alcohol excesivo; la dieta inadecuada, pobre en frutas y verduras; padecer el virus del papiloma humano y las lesiones precancerígenas.
– La Federación Dental Internacional (FDI), propone una serie de actuaciones fundamentales para su prevención: educar a los pacientes sobre los principales factores de riesgo, e instarlos a minimizar su exposición a estos; conocer las técnicas de diagnóstico más fiables, validas y actualizadas; y establecer protocolos para derivar de manera coordinada a los especialistas a aquellos pacientes que presenten lesiones sospechosas o diagnosticados.